miércoles, 10 de marzo de 2010

Premios Oscar 2010

La entrega de los Oscar 2010, el codiciado premio la Academia de Artes y Ciencias Cinematograficas de Hollywood desde hace 82 años, tuvo, a diferencia de las últimas versiones, algo de sorpresas. Desde el reconocimiento, por fin, de una mujer como mejor directora hasta el triunfo de El secreto de sus ojos como Mejor película de habla no inglesa.

La gala de los Oscar 2010, a decir de los cronistas, se nos presentaba como un duelo de un ex matrimonio, entre James Cameron y Katerin Bigelow: Cameron competía con su Avatar, avalada por ser la película más taquillera de la historia y Bigelow con su Zona de miedo (The hurt locker) que potencia la adrenalina al máximo.

Asimismo, ésta gala presentaba a dos películas latinoamericanas, El secreto de sus ojos (Juan José Campanella) y La teta asustada (Claudia Llosa), que supuso una gran sorpresa al imponerse sobre La cinta blanca del inefable Micheal Haneke.

Hollywood se especializa en fabricar productos higiénicamente empaquetados que a lo sumo contienen reflexiones adolescentes acerca de temas que ya han tenido un debate social previo, mucho más serio y casi siempre con un consenso mayoritario. La gran mayoría ha superado el escepticismo de reconocer al humano como destructor de la naturaleza, la gran mayoría está de acuerdo en que debiéramos vivir en mundo más tolerante y la gran mayoría está totalmente de acuerdo en que la violencia puede ser una gran adicción y que estar en un guerra, en un terreno hostil puede resultar abrumador para cualquier individuo, de esto último nos habla Zona de miedo, la gran ganadora de la noche.

Si en Hollywood premian a un filme como Zona de miedo es porque Estados Unidos ya está preparado para hablar de la invasión a Irak, por extensión de la de Afganistán, y demandar abiertamente que los soldados retornen a casa, sin embargo con este film, con este galardón se evidencia algo que no se quería ver, que apuntar con un arma a un civil en Irak es algo tolerable cuando se intuye que en la contienda se está perdiendo, y además de eso los civiles iraquíes son una amenaza real. En este sentido la gran favorita de la noche, Avatar, se allá en las antípodas, con un mensaje contrario al de Zona de guerra, busca, como toda las producciones de Hollywood edulcorar un mensaje claro y alarmante, que el hombre es el principal peligro para al ecosistema, un discurso incómodo para un país que aún ve con excesivo escepticismo y mucha sospecha las nefastas consecuencias que genera la intervención humana sobre la naturaleza. Por eso es que una película con sabor a independiente como Precious, triunfadora ahí por donde ha pasado (incluido el Festival de San Sebatian) no goce de la simpatía de la industria, con una historia de una adolescente negra y obesa que lo único que quiere es salir en televisión y tener un novio blanco. Por eso también se fue sin nada Distrito 9, que proyecta que la simple tolerancia no comparta un código de conducta que preserve los derechos humanos y esos mismos derechos se constituyen en un arma de agresión, y también se fue sin nada Up in the air donde los guiños de triunfo a través del individualismo se trastocan con el desgaste de las relaciones humanas.
A diferencia de otras ediciones, con Zona de miedo si salen los números. La Academia consideró que el mejor guión original es el de Zona de miedo y que el mejor guión adaptado, en un ejercicio compensatorio pero que no desacredita la elección, recaiga sobre Precious, que además está mejor interpretada, Mo´Nique se alza con la estatuilla a mejor actriz de reparto. Igualmente la Academia hizo justicia con Jeff Bridges a quien otorgó la estatuilla como mejor actor por su actuación en Crazy Heart después de 5 nominaciones e imponiéndose a un inspirado Morgan Freeman haciendo de Mandela en Invictus de Clint Eastwood. Algo parecido ocurrió con Christoph Waltz quien se alzó con el codiciado galardón como mejor actor de reparto por su actuación de general nazi en Bastardos sin Gloria y una de las sorpresas de la ceremonia fue Sandra Bullock, quien se hiciese de la estatuilla a mejor actriz, obteniendo al fin el reconocimiento de la industria y de sus colegas.

Lo que quedo claro en la gala de los Oscar es que la actuación no hace a la mejor película, sino el gran aparato que le sostiene, por ello el justo reconocimiento al montaje, que recayó sobre Zona de miedo, e indudablemente la edición de sonido y la mezcla de sonido, elementos imprescindibles para lograr la fascinación en el espectador, en esto la única competencia medianamente seria era Bastardos sin gloria o Distrito 9.

Pero si algo es Hollywood, y ésta ceremonia lo celebra con especial entusiasmo, es el artificio visual. La dirección de arte recayó sobre Avatar, por el planeta Pandora y todo lo que le circunda, y sin una cinta que le haga sombra también obtuvo el reconocimiento con el galardón a mejores efectos visuales y lo sorprendente es que también obtuvo el de mejor fotografía, que por lo general recae sobre propuestas figurativas o filmes de época, como suele pasar son estos los que se hacen con el galardón de vestuario, y ésta edición no fue la excepción lo obtuvo The Young Victoria.

Líneas aparte la nominación de dos películas latinoamericanas supuso una gran sorpresa, generando la expectativa de que la industria estadounidense, que siempre prefirió mirar hacia otro lado, reconociese al fin la factura técnica del cine del sur. Todas las piezas en competencia gozaban de presencia en festivales más prestigiosos pero menos mediáticos que el de la industria estadounidense; Cannes, San Sebastian, Berlín, Venecia. Y presagiaban que la disputa estaba entre las dos hispanas, La teta asustada, de la peruana Claudia Llosa y El secreto de sus ojos, del argentino Juan José Campanella y la alemana La cinta blanca, dirigida por una de las miradas más sensibles del cine contemporáneo Michael Haneke.

Quizás la nominación de dos cintas procedentes del mismo subcontinente permitiera a sus respectivos productores soñar con el preciado galardón y avizorar la penetración al mercado más grande del mundo, porque ese es el verdadero galardón. Por primera vez en la historia de los Oscar un film peruano era candidato a hacerse con la famosa estatuilla dorada, La teta asustada ya había sorprendido al mundo en la Berlinale de 2009, al lograr el Oso de Oro. Pero el paso más importante es probablemente abrir mercados para producciones como esta, a las que se les puede criticar la facilidad con la que se enfrenta a la realidad social de un país dividido como Perú, con una honda herida provocada por la guerra interna, pero que a la que se le debe reconocer la capacidad de universalizar historias propias.

En el caso de la gran ganadora, de la gran sorpresa, la película de Campanella es la segunda película argentina en llevarse un Oscar, la primera fue La historia oficial (Luis Puenzo) en 1986, este dato no es irrelevante cuando hablamos de El secreto de sus ojos, ya que uno de los personajes secundarios, Pablo Rago es el único actor que ha formado parte de los repartos de los dos films premiados. Con 37 años, Rago interpreta en esta oportunidad al esposo de la joven asesinada que es el motor de este thriller policiaco, el cual en 2009 ha batido todos los records de asistencia de público en Argentina. Protagonizada por Ricardo Darín y Soledad Villamil, El secreto de sus ojos es una película que permanece en la memoria después de acabada.
Cuando los Premios Oscar y lo que representan, los grandes estudios, toman distancia del género de lo real, siempre esquivos de la posición política y del debate ético, la Academia revela su costumbre de favorecer a películas documentales que cuenten pequeñas historias de autosuperación, o relatos familiares o, como en este caso, la depredación de una especie en un lugar especifico, nombrando un área y, si se puede, un responsable. En este sentido, el obvio favor de este año recayó el documental The Cove.

Así pues, la entrega de los premios Oscar no es sólo un evento: es una película más de la industria de Hollywood que busca encumbrar sus superproducciones que, como conocemos todos, nunca tienen grandes sorpresas.
Extraido de www.cinemascine.net

No hay comentarios: