Las revueltas en Egipto y las imágenes de los tanques en las calles de El Cairo han traído a la memoria de muchos chinos los recuerdos de las protestas de Tiananmen
JOSE REINOSO
Las autoridades chinas no quieren correr riesgos ante la posibilidad de un efecto de contagio de las protestas en favor de la democracia ocurridas en Egipto, Túnez y otros países musulmanes. Pekín ha bloqueado la palabra "Egipto" en los microblogs de portales como Sina.com y Sohu.com , que, cuando se efectúa una búsqueda, devuelven el mensaje "De acuerdo con las leyes, regulaciones y políticas relevantes, los resultados no pueden ser mostrados" o dicen que no han sido encontrados.
JOSE REINOSO
Las autoridades chinas no quieren correr riesgos ante la posibilidad de un efecto de contagio de las protestas en favor de la democracia ocurridas en Egipto, Túnez y otros países musulmanes. Pekín ha bloqueado la palabra "Egipto" en los microblogs de portales como Sina.com y Sohu.com , que, cuando se efectúa una búsqueda, devuelven el mensaje "De acuerdo con las leyes, regulaciones y políticas relevantes, los resultados no pueden ser mostrados" o dicen que no han sido encontrados.
Los microblogs chinos son similares a Twitter -que, al igual que Facebook y Youtube, está bloqueado en el país asiático-, y se han convertido en una potente herramienta de difusión de información, aunque también de rumores, debido a la falta de confianza de los jóvenes en los medios oficiales. El servicio de Sina.com cuenta con más de 50 millones de usuarios, un campo de cultivo demasiado sensible para que los censores lo descuiden.
Pekín posee uno de los sistemas de censura de Internet más sofisticados del mundo, gracias, en parte, a tecnología suministrada por empresas extranjeras, con el que logra con bastante éxito controlar lo que pueden ver, leer y publicar sus 450 millones de internautas.
Las revueltas en Egipto y las imágenes de los tanques en las calles de El Cairo han traído a la memoria de muchos chinos los recuerdos de las protestas de Tiananmen, en la primavera de 1989, y la consiguiente represión a manos del Ejército, en la que murieron entre cientos y miles de personas, según las fuentes. Las manifestaciones, a favor de reformas políticas y democracia, fueron catalizadas por la corrupción y la inflación.
China es hoy muy distinta de la de aquellos años. La economía ha progresado a un ritmo vertiginoso y la conciencia política de la inmensa mayoría de los jóvenes -más interesados en ganar dinero que en pedir libertades- está anestesiada, en gran parte por la ausencia de información en los medios de comunicación y los libros de historia sobre lo ocurrido en 1989, y por la falta de cualquier debate político en una prensa totalmente controlada por el Gobierno.
Sin embargo, la corrupción sigue siendo rampante, las desigualdades sociales están entre las mayores del mundo, la inflación ha alcanzado niveles peligrosos (4,6% en diciembre pasado) y entre los intelectuales hay demandas crecientes de libertad y reformas.
La prensa oficial ha informado en los últimos días de las revueltas en Egipto, e incluso de los cortes de Internet y el servicio de telefonía móvil en El Cairo. Pero lo ha hecho de forma limitada, y ha aprovechado lo sucedido para lanzar un mensaje que más parece destinado al consumo de su propia población. El diario Tiempos Globales, publicado por el Partido Comunista, asegura hoy en un editorial que la democracia no es compatible con las condiciones existentes en Egipto y Túnez, y que "las revoluciones de color" -en referencia al término aplicado por primera vez para describir las protestas en favor de reformas políticas en las antiguas repúblicas soviéticas- no pueden lograr democracia real.
"La democracia está todavía muy lejos en Túnez y Egipto. Para que la democracia tenga éxito son necesarios cimientos sólidos en economía, educación y temas sociales. Cuando se trata de sistemas políticos, el modelo occidental es solo una de las opciones", señala la publicación. Los dirigentes chinos han declarado en repetidas ocasiones que China nunca copiará el sistema de democracia occidental.
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