Sergio Zapata
El determinismo contextual como elemento que influye y determina la condición humana siempre fue una vieja quimera de las ciencias sociales, además de ser el punto de partida de cualquier reflexión sintomáticamente individualista, para, siempre desde el rechazo del contexto, afirmar el deseo de individualidad y la necesidad de pesimismo y realismo social. Con Nueve cartas a Berta (1966) de Basilio Martín Patino asistimos a un ejercicio de hastío y de renuncia no sólo a una condición epocal en la España de Franco, sino a una forma de ver y concebir el cine que, como la vida, hace su camino al andar…
Con versos de Antonio Machado en el prólogo, Basilio Martín Patino nos presenta la relación epistolar entre Lorenzo, un joven de Salamanca que retorna a su hogar tras una larga estadía en Inglaterra, y Berta, la mujer que conoce allá y a quien le escribe nueve cartas contándole sus apreciaciones sobre su ciudad, su país y sobre él mismo. En un ejercicio deliberadamente literario el director reflexiona sobre las relaciones siempre tensas y confusas entre literatura y cine. Homenajeando o poniendo en evidencia la influencia de los nuevos cines (el italiano y el francés), Basilio Martín Patino reinterpreta las cartas, leídas en off, con imágenes que narran la cotidianidad de una España medieval. Con recursos del registro documental logra disociarse y alejarse de la espantosa doble enunciación en que se incurre con la reafirmación visual del texto literario, desencadenándose imágenes parlantes, patrimonio exclusivo del cine clásico.
Con esto, la propuesta logra construir la mirada de Lorenzo, que nos muestra Salamanca a través de sus propias reflexiones sobre el presente, su pasado con Berta y su futuro, (juntos o no, nunca lo sabremos). Sin embargo, este personaje deja entrever la imposibilidad de adaptación en una persona que salió de la ultra católica España franquista y que, a su vez, testimonia la efervescencia de una generación, educada, enmarcada en la contracultura, que será la que ingresará con España a Europa y a la democracia.
Película con la se inaugura para muchos el nuevo cine español, eslabón en esa cinematografía asfixiada por la más siniestra dictadura, Nueva cartas a Berta es un film donde se verifica la emergencia de un nuevo cine, la combinación de nuevos recursos provenientes del documentalismo, los cortes secos y abruptos, atentando a la armonía narrativa clásica, y la fragmentación del relato, ya sea a través de inserts o congelamientos que permiten identificar el desajuste que proponen las nuevas formas de narrar del cine moderno que se estaba consolidando.
Estas largas cartas a Berta o postales desde la edad media, permiten situarnos junto con Berta en el hastío de una generación mientras que con Lorenzo podemos evidenciar el desencanto del retorno a la patria, a la casa, al hogar.
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Con versos de Antonio Machado en el prólogo, Basilio Martín Patino nos presenta la relación epistolar entre Lorenzo, un joven de Salamanca que retorna a su hogar tras una larga estadía en Inglaterra, y Berta, la mujer que conoce allá y a quien le escribe nueve cartas contándole sus apreciaciones sobre su ciudad, su país y sobre él mismo. En un ejercicio deliberadamente literario el director reflexiona sobre las relaciones siempre tensas y confusas entre literatura y cine. Homenajeando o poniendo en evidencia la influencia de los nuevos cines (el italiano y el francés), Basilio Martín Patino reinterpreta las cartas, leídas en off, con imágenes que narran la cotidianidad de una España medieval. Con recursos del registro documental logra disociarse y alejarse de la espantosa doble enunciación en que se incurre con la reafirmación visual del texto literario, desencadenándose imágenes parlantes, patrimonio exclusivo del cine clásico.
Con esto, la propuesta logra construir la mirada de Lorenzo, que nos muestra Salamanca a través de sus propias reflexiones sobre el presente, su pasado con Berta y su futuro, (juntos o no, nunca lo sabremos). Sin embargo, este personaje deja entrever la imposibilidad de adaptación en una persona que salió de la ultra católica España franquista y que, a su vez, testimonia la efervescencia de una generación, educada, enmarcada en la contracultura, que será la que ingresará con España a Europa y a la democracia.
Película con la se inaugura para muchos el nuevo cine español, eslabón en esa cinematografía asfixiada por la más siniestra dictadura, Nueva cartas a Berta es un film donde se verifica la emergencia de un nuevo cine, la combinación de nuevos recursos provenientes del documentalismo, los cortes secos y abruptos, atentando a la armonía narrativa clásica, y la fragmentación del relato, ya sea a través de inserts o congelamientos que permiten identificar el desajuste que proponen las nuevas formas de narrar del cine moderno que se estaba consolidando.
Estas largas cartas a Berta o postales desde la edad media, permiten situarnos junto con Berta en el hastío de una generación mientras que con Lorenzo podemos evidenciar el desencanto del retorno a la patria, a la casa, al hogar.
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